domingo, 21 de junio de 2009

PADRE

PADRE
¿Recuerdas, el día que te dijeron
que la joya más bella vendría adornar tu hogar? Era tu sangre, tus genes en ese palpitar.

Como un dulce capullo que se abre a la vida, como una ola que irrumpe sobre la roca,
como un arco iris después de una tempestad, le viste llegar.
Y recibiste a tu hijo;
los párpados húmedos, los huesos dolidos,
la garganta seca y un corazón a punto de estallar.
Eras padre, eras la semilla cuyo germen pudo perpetuar tu ser.

Eras el árbol, a cuya sombra tu familia se podía amparar.

Y el tiempo transcurre, la semilla crece;
las penas no gratas hay que olvidar.
Padre, admiro tu rostro severo surcado por arrugas; como en hondo meditar tu silencio.
Tus ansias en busca de un mejor bienestar, tus angustias por lo que no puedes dar.


Como una visión quedaste a mi prendido a través de los años. Tu voz íntima fluye como ayer.
Recuerdos de niño, condensación de lágrimas y anhelos por las cosas idas. Un dolido mirar, una tristeza intima;
la languidez de unas manos en despedida.
i Cuantos padres duermen en paz!

Cuando yo me duerma, como a una estre11a asida tus manos poderosas descansarán entre 1as mías,
y tus púpi1as semejarán antorchas que a1umbren mi soñar.

Qué, difíci1 brotan las pa1abras,
y que incompletas 1as frases para describir al hombre, a1 amigo grande y bueno que un día nos dio el ser.
El espíritu calla, las palabras se ahogan en nuestra garganta para decir: ¡Gracias papa!

Y bendigo la vida, porque me dio un padre y aún la bendigo más,
Porque me dio 1a oportunidad y dicha de conocer al mejor Padre, a aquel que a su hijo entregó por salvar a la humanidad.

Yo, 1es bendigo padres, Dios les bendiga mucho más.-

AUTOR: EDMUNDO CORDOVA VIVANCO
DIÁCONO IGLESIA DE DIOS “VISIÓN VIDA”

No hay comentarios: